Este sábado fue la primera vez que fui a escalar a Montrebei. La intención era escalar el Diedro
Audoubert, pero una cordada de franceses se metieron antes que nosotros y nos fuimos a la Paul-Lalueza.
Como llegamos al prado por la noche y no se veía bien, la imagen de la pared era bastante tranquilizadora: No es para
tanto, pensé tonto de mi. Por la mañana la pared había crecido y era más vertical.
La vía tiene dos partes bien diferenciadas, la chimenea final y todo lo demás. Lo demás se hace bastante bien, es bastante evidente y fácil de proteger, con un grado máximo de V+ y un corto tramo de artificial (7a en libre). Para la chimenea hay que estar habituado a arrastrarse en ese terreno, sino no es muy gratificante. Jorge, muy acostumbrado a montrebei, comentó que está más protegida (clavos) que otras chimeneas del congosto. Además, amablemente me sustituyo en un largo que el azar me había reservado a mi.
Un abrazo.
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