California, el estado dorado, sinónimo de sol, de playas, de desiertos...y de Tahoe!
Llevábamos tiempo con ganas de disfrutar la nieve del afamado Lake Tahoe y por fin, tras tantos fines de semana pasados por agua, llegó el momento.
Decidimos subir al Mt. Tallac, 9735´ (2967 metros), por ser la ascensión más repetida en la web, descrita como la quintaesencia del esquí de travesía en Tahoe. Más que nada nos daba la garantía de no estar solitos en un monte del que nada conocíamos.
La noche anterior visita a South Lake Tahoe, típica y extensa ciudad americana que no hace otra cosa que deslucir la orilla del lago. Curioso que a un lado de la calle el juego esté prohibido y al otro lado, Nevada, tengas enormes casinos con sus luces a todo trapo.
Madrugando pero sin pasarse cogemos el coche y vamos hacia Spring Creek Road…primera sorpresa. Carretera particular, cerrada en invierno, añadir 3 millas más de foqueo casi en plano. Tras llegar a lo que debiera haber sido el inicio de la ruta multitud de huellas te llevan por buena nieve y a través del bosque, con el barranco siempre a un lado, hacia la “NE bowl”. Se trata de una notable depresión a superar por la parte no visible del muro que la rodea por su derecha y por donde se gana altura rápidamente, mejor dicho, muy rápidamente. Mientras tanto, siempre a tu espalda Tahoe Lake, inmenso mar color turquesa que mezclado con las montañas que lo circundan, con el blanco, con el verde…awe-inspiring!
Allí llega lo duro, cientos de vueltas María, litros de sudor y un dolor insoportable en los pies (esta vez las Scarpa nos fallaron) para llegar al hombro del Mt. Tallac (9400´). Decidimos entonces deshacernos de las pieles de foca y tirar para abajo por prudencia horaria…y por la gangrena en los pies. Apenas quedaba la última pala, nieve polvo, podíamos tocar la cumbre…pero las rozaduras duraron casi un mes.
Descenso variado, muy buena nieve al principio pero dura de mitad para abajo, trozos de mucha pendiente y otros de mucho remar.
En general una ruta normalita, poco continua, pero una experiencia única por el lugar y la compañía.
Actividad realizada por Celia y Jesús.
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