Después de mucho tiempo sin hacer nada juntos, por fin, puedo quedar con Chamarro para subir al pirineo. Paso a buscarle por la estación, viene de Madrid, y nos vamos a Benasque. La intención es hacer la Cresta de Llosas, aunque tenemos dudas de si ya habrá algo de nieve. Nuestro plan b es la Cresta del Medio.
Subimos al Ibón Inferior de Coronas y comprobamos que la arista está limpia. Dormimos en un 'romántico' vivac debajo de las estrellas. Primero arropo yo a Jesús con mi plumas, luego me ayuda él a mi con la cremallera de mi saco, que es para zurdos. El despertador suena a las 6:00, me duele mucho la cabeza, desayuno y tengo ganas de vomitar. Todo apunta a que no subimos. Sin embargo, un chico que pasa junto a nosotros me da una pastilla azul, garantizándome que no es Viagra, que me hace buen efecto. Arrancamos hacia la cresta y poco a poco me voy encontrando mejor.
El primer pico es la Aguja Argarot (3.035 m.), se sube a él sin apenas dificultad. Remontamos la pedrera hasta la Brecha Inferior de Llosas, aquí alcanzamos la cresta cruzándonos a la vertiente de Llosas. Progresando por fáciles bloques se alcanza primero una cota secundaria y a continuación la cima. En esta cumbre conocemos a Roberto, que también va a hacer la cresta, y decidimos continuar juntos. Hasta la siguiente brecha se baja destrepando.
La subida a la Aguja Tchihatcheff (3.052 m) tiene las mayores dificultades de la vía. Hay dos opciones, o subir por un paso desplomado (IV), o realizar un flanqueo por la vertiente de coronas. En ambos casos se escala después una placa fisurada (III) y una corta chimenea. Nosotros, haciendo caso a la guía (a Capdevila hay que respetarlo) optamos por el flanqueo. No es una buena opción, la roca es muy mala y el paso no parecía difícil. Con el tiempo que cuesta no arrancar todo, con riesgo de caída, se puede echar el largo, que además, es mucho más elegante. La bajada de esta aguja es un rapel de 40 metros. Nosotros rapelamos unos pocos metros más para parar en un sitio más cómodo y luego subir a la brecha.
Para subir a la Aguja Franqueville (3.065 m) hay que descender un par de metros por la vertiente de Llosas, para después, trepando por terreno fácil unos 10 minutos, llegar a la cumbre. A partir de aquí, unos 30 minutos de cresta, a veces aérea, plagada de bloques y con muy buena roca. Divertido itinerario que conduce a la Brecha Superior de Llosas, que se alcanza con un corto rapel (18 m).
Evitamos un par de resaltes por la vertiente de Llosas para después subir por una canal a la arista. Llegamos a un muro, en la primera parte de éste hay una chimenea, que posiblemente sea IV, pero como es corta y no tiene patio no hace falta atarse. Después continuamos por una cornisa hacia la izquierda para llegar a una canal con mala roca que nosotros encontramos con nieve, obligándonos a subir con cuidado. Continuamos un buen rato por bloques, con algún tramo más vertical, y llegamos a la cima de la Aguja Escudier (3.315 m)
Para llegar a la cercana Aguja Daviu (3.350 m.) evitamos dos cotas por la derecha y subimos sin ninguna dificultad a la cumbre. Desde aquí vemos que ya está formada la Canal de Estasen y que una cordada ya ha sacado los piolos el primer fin de semana de octubre.
La cima del Aneto (3.404 m) está ya próxima y llena de gente. Es el momento del bocadillo y de iniciar el descenso.
En resumen, una vía impresionante que da para pasar todo el día, nosotros tardamos casi 6 horas desde el Ibón inferior hasta la cima del Aneto. A excepción del flanqueo, la roca hasta la Brecha Superior es buena, con tramos muy estéticos. La segunda parte tiene el encanto de subir al Aneto por una bonita cresta. La vía no es difícil, nosotros solo echamos el largo de la placa en el Tchihatcheff y no es necesario, no pusimos ningún seguro. El resto de fotos podéis verlas pinchando aqui
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